¡Hola a todos!
Muchísimas gracias por seguir conmigo en este viaje al BienSER, y hoy en particular… ¡al BienSER Físico!
Déjame que por un momento haga un viaje contigo al pasado, a aquellos tiempos donde la sabiduría popular era un gran maestro de vida, un referente y guía de consejos, donde los refranes y dichos populares encerraban un conocimiento real, básico y fundamental que fuimos compartiendo de padres a hijos (una pena que esta costumbre se esté perdiendo hoy en día).
Estoy segura de que has escuchado las siguientes frases muchas veces:
- “Desayuna como un Rey, come como un Príncipe y cena como un Mendigo”
- “Menos plato y más zapato”
- “En tu salud lo hallarás, si mal haces mal tendrás”.
- “Más vale prevenir que curar”
- “¿De qué te sirven tus bienes, si salud no tienes?”
- “Quien a su tiempo descansa, rinde el doble y no se cansa”
- “El día para el trabajo, la noche para el descanso”
En todas ellas, de manera magistral, se trata la importancia del BienSER Físico, abordando una alimentación adecuada, una vida activa y un descanso real.
Así que está claro que comer bien, moverse y hacer ejercicio y descansar son tres pilaraes fundamentales para poder gozar de una buena salud.
¿Y qué ha pasado?
Pues ha pasado que ¡¡justo estamos haciendo lo contrario!! Comemos mal y malcomemos (que parece lo mismo, pero para mí es diferente). Bien porque el equilibro en los nutrientes que tomamos no es el adecuado, bien porque el haber perdido el hábito de cocinar nos obliga a comer más fuera o traer la comida ya hecha a casa o bien porque estamos tan obsesionados por nuestra alimentación que a sabiendas, la desequilibramos.
También añado en esta sección la poca consciencia que tenemos cuando comemos. No practicamos lo que llamo el “mindfoodness” que no es más que ser conscientes de lo que estamos comiendo, los olores, los sabores, la textura… este acto de mindfoodness requiere silencio y no tener distracciones externas… estar presentes durante la comida, que, además, nos ayuda a saciarnos antes y mejor.
Pero ¿quien de nosotros come en silencio?...los menos. O bien estamos charloteando de mil historias con los que compartimos mesa o si comemos solos, o bien estamos viendo algo en el móvil, o la televisión, o leyendo un libro… donde, además, casi ni masticamos… engullimos la comida sin percibir siquiera su sabor. ¿Eres consciente de que la digestión se inicia en la propia preparación de los alimentos? ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a comer, solo, tranquilo, tomándote tu tiempo…disfrutando de todo el acto del BienCOMER?.
Desde hacer la comida si es el caso, hasta la masticación consciente y acabar con cada plato de comida, y pasar luego 10 minutos tranquilo, notando como está el estómago, si está más o menos saciado y si la comida te ha sentado bien.
Ahora nos fiamos más de “influencers” alimentarios y sus neo-dietas que de nuestra evolución humana y la alimentación de siempre, de dejar de tomar ciertos alimentos porque así lo hacen los artistas de cine, de dietas agresivas que han hecho perder peso a conocidos (sin tener en cuenta las consecuencias). Somos capaces de hacer ayunos brutales seguidos de grandes atracones. Y de nuevo… comemos sin ser conscientes de lo que comemos.
Pues bien, a estas alturas de la película ya todos sabemos que comer y alimentarse bien tiene un modelo base de alimentación equilibrada y saludable y que está de alguna manera perfilada con las necesidades propias de cada persona, de su ADN, de dónde vive, de a qué se dedica, del ejercicio o trabajo físico que realice, de si tiene o no intolerancias alimentarias, de la estación del año y los alimentos típicos que la madre naturaleza tiene a bien de darnos (y que curiosamente suelen ser los necesarios para nuestro correcto funcionamiento).
En un mundo “enlatado” donde se vive a través de una pantalla, se siguen a gente superficial y pobres de espíritu considerándolas como auténticas, donde la comida ha dejado de ser un ritual, es ahora cuando más que nunca tenemos que despertar y recuperar lo básico.
Si tienes un coche, y quieres que te dure mucho, lo cuidas, ¿verdad? Cuidarás su mantenimiento, limpieza, descanso y le añadirás el combustible que sabes que le irá mejor… ¿somos capaces de hacer eso con un coche y no con nuestro cuerpo que nos va a acompañar toda nuestra vida? ¡Volvamos a recuperarnos! ¡Te invito a que juntos volvamos a Alimentarnos BIEN!
Y así sucede con el ejercicio físico. Hay tres grandes poblaciones: las que no hacen nada y tienen una vida totalmente sedentaria, las que hacen algo de vez en cuando y los que hacen tanto, y tan a menudo que no son conscientes que están llevando a su cuerpo a un desgaste y una fatiga que no se merece.
Entiendo que haya deportistas de élite, y que se ganen la vida así, y entiendo que estos deportistas de élite estarán bien asesorados por nutricionistas deportivos, fisios, psicólogos, etc, etc… porque el cuerpo sufre, y mucho... y la mente también… Pero ahora, hay una plaga de “personas normales que a partir de los 40 les da un yuyu y quieren correr lo que no han corrido en toda su vida y conseguirlo en menos de un año”.
A estas personas les pido que escuchen su cuerpo, que traten de discernir lo provocado por la adrenalina, las endorfinas, y el resto de hormonas de la felicidad que enmascaran un “llevar al extremo” al cuerpo de lo que realmente es saludable para ellos... Yo, personalmente, no sé hasta donde es esto sano o hasta donde es una obsesión y un sentirse pleno y mejor cada vez que cumple un objetivo de ironman o woman de nuevo, en este mundo “enlatado”.
Sabemos que hacer ejercicio es básico. El ser humano se diseñó para vivir en un ambiente donde el trabajo y la búsqueda de alimento requería una condición física fuerte y resistente. Es importante realizar ejercicios de fuerza, de resistencia y de flexibilidad.
Para ello, si estás en el grupo 1 (sedentarios absolutos) y quieres empezar a Moverte BIEN, te invito a que esta semana te pongas como objetivo andar 5000 pasos, hacer unos estiramientos sencillos al levantarte y subir las escaleras que puedas de manera que notes como tu corazón se activa y ejercita. ¿Te animas? Abandona el mundo del “no moverte” y bienvenido al Moverte BIEN.
Y en cuanto al descanso, no descansamos… creemos que sí, pero no lo hacemos. Vivimos en un mundo donde la hiperestimulación nos tiene el cerebro a 4000 revoluciones por minuto.
Estamos pendientes de tantas cosas (laborales, familiares, atender a todos nuestros seguidores de las redes sociales, colgar esa foto en Instagram que tendrá 200 likes en un segundo…) que, al irnos a la cama, no descansamos. Caemos derrotados y dormimos, pero nos levantamos cansados de nuevo, con esa sensación de “hoy no me puedo levantar” que cantaban Mecano.
Para Descansar BIEN es importante que el ritual de irse a la cama se inicie por lo menos una hora antes de acostarnos: Cena ligero (recuerda el dicho, cena como un mendigo). Es mejor ver un documental o película tranquila que una de terror o acción, es mejor leer un libro de poesía que una novela policíaca, es mejor estar con luces tenues que con los focos de un estadio de futbol en casa… y lo más importante, deja el móvil a un lado por lo menos media hora antes de ir a dormir. Y si lo puedes dejar en otra habitación, lejos de ti en la noche, mejor.
Siente tu respiración una vez tumbado en la cama, escucha música para entrar en el sueño de manera suave, cuida la higiene de tu cama, pon unas gotitas de lavanda en la almohada… hay mucho trucos para dormir… pero lo importante es predisponer el cuerpo y la mente para el sueño, dar gracias por el día y apagar y desenchufarnos de todo.
¡Te deseo una feliz semana y te espero en el próximo post!
Si quieres dejarme algún comentario o duda, lo puedes hacer en la sección de comentarios o en bienserybienestar@gmail.com
¡Un fuerte abrazo, bienSERista!
Comentarios recientes
24.03 | 19:31
Bonita y emotiva reflexion.
08.03 | 21:39
Preciosas palabras, y sentimientos que se asoman a ellas!
16.02 | 14:20
Sí, creo que sí... Yo he vivido las dos cosas y desde luego uno entiende que es ley de vida cuando la persona ya tiene una edad que cuando se nos va antes... aunque el decir adios, siempre duele...
15.02 | 08:13
Debe ser más fácil despedirse cuando un familiar cumple 97 años y además bien vividos, que cuando la Vida te lo arrebata con muuchos menos y sin apenas avisar.... ahí, no quieres decir adiós.....